En una novela que leí hace un par de semanas, el autor en un momento hace referencia al concepto de "anticipación imaginaria". Dice: "como sucede con tantas otras cosas, lugares, conceptos, amores (...), la anticipación imaginaria de la experiencia es siempre más intensa que la experiencia misma".
Es cierto eso, a mí me pasa. Por eso estoy tan contento en septiembre aunque haga frío, porque sé que viene el verano, estoy saboreando el calor que va a venir. O por ejemplo cuando estoy por ir a un recital, todos los días anteriores los vivo con un entusiasmo y una euforia un poco fuera de lugar. Lo mismo con el trabajo... cuando sé que tengo que hacer algo que es muy largo, o que no quiero, o que no me gusta, sufro como un condenado, y resulta que cuando llega el momento de ponerme a hacerlo, no es tan jodido.
Igual ya soy re grande, es obvio que no voy a aprender.
domingo, 30 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
TRISTEZA NAVIDEÑA
Creo que todos nos preguntamos alguna vez, aun los que no sufrimos ese síndrome, por qué muchas personas se ponen tristes con las fiestas de fin de año, especialmente en Nochebuena. Es, a primera vista, una contradicción, ya que la ocasión se presenta ideal para la joda: no se labura, muchas veces se pega fin de semana largo, suele correr mucha comida y mucho alcohol, nos juntamos con gente a la que queremos, siempre hay fiestas y brindis varios.
Yo tengo un par de teorías al respecto, pero me gustaría ver qué aportan los demás, sobre todo aquellos que se ponen tristes, melancólicos, que no les gustan las fiestas. Lo primero que pensé es que, al ser un momento de reunión, uno se acuerda automáticamente de los que no están, ya sea por fallecimiento, por distancia, por peleas, etc. Y el otro asunto puede ser que, al ser una celebración de origen religioso, ya culturalmente estamos influidos como para sentir que tiene que llevar obligatoriamente una cuota de recogimiento.
Yo tengo un par de teorías al respecto, pero me gustaría ver qué aportan los demás, sobre todo aquellos que se ponen tristes, melancólicos, que no les gustan las fiestas. Lo primero que pensé es que, al ser un momento de reunión, uno se acuerda automáticamente de los que no están, ya sea por fallecimiento, por distancia, por peleas, etc. Y el otro asunto puede ser que, al ser una celebración de origen religioso, ya culturalmente estamos influidos como para sentir que tiene que llevar obligatoriamente una cuota de recogimiento.
sábado, 15 de noviembre de 2008
DE GUITARRAS, NIÑOS Y TRISTEZAS
Hoy le regalé una guitarrita a Jazmín. Una guitarrita de plástico, de juguete, muy pintoresca y colorida, berreta, comprada en Once y, por supuesto, totalmente inútil como instrumento musical. Jazmín tiene 2 años y 3 meses. Nada sabe acerca de la diferencia entre los instrumentos musicales de verdad y las réplicas de juguete. Ella simplemente ve por la tele que alguien toca la guitarra y le gusta hacer lo mismo mientras canta en su media lengua.
Al pensar en esto me invade una tristeza que no puedo describir o calificar muy bien, una especie de congoja imposible de dominar. Me vienen imágenes de mi infancia infeliz; escucho en mi interior ecos lejanos de melodías tristes que no logro identificar a qué canciones pertenecen; aparecen fragmentos de recuerdos relacionados con este tipo de inociencia.
..
Un rato más tarde, para que este post no sea tan al pedo, pienso en la facilidad con que los adultos podemos marcar y dañar de por vida las mentes de los más chiquitos, tan indefensos ante el engaño o ante cualquier manejo psicológico (o como se llame científicamente) de una persona grande. Y lo peor de todo es que, aunque no haya muchas personas que tengan la intención de provocar este tipo de daños, sí las hay que lo hacen por descuido, negligencia, pereza, ignorancia u otras razones, gran parte de las veces sin darse cuenta siquiera.
Es una mierda andar dando consejos o instrucciones, así que lo enuncio como pedido: por favor estemos atentos y seamos cuidadosos con los chicos que tengamos cerca.
Además, como dijo el General en su inmensa sabiduría, los únicos privilegiados tienen que ser ellos.
Al pensar en esto me invade una tristeza que no puedo describir o calificar muy bien, una especie de congoja imposible de dominar. Me vienen imágenes de mi infancia infeliz; escucho en mi interior ecos lejanos de melodías tristes que no logro identificar a qué canciones pertenecen; aparecen fragmentos de recuerdos relacionados con este tipo de inociencia.
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Un rato más tarde, para que este post no sea tan al pedo, pienso en la facilidad con que los adultos podemos marcar y dañar de por vida las mentes de los más chiquitos, tan indefensos ante el engaño o ante cualquier manejo psicológico (o como se llame científicamente) de una persona grande. Y lo peor de todo es que, aunque no haya muchas personas que tengan la intención de provocar este tipo de daños, sí las hay que lo hacen por descuido, negligencia, pereza, ignorancia u otras razones, gran parte de las veces sin darse cuenta siquiera.
Es una mierda andar dando consejos o instrucciones, así que lo enuncio como pedido: por favor estemos atentos y seamos cuidadosos con los chicos que tengamos cerca.
Además, como dijo el General en su inmensa sabiduría, los únicos privilegiados tienen que ser ellos.
domingo, 9 de noviembre de 2008
OTRO SUEÑO CON PERÓN
Soñé que Perón en realidad era hijo de un italiano de apellido Focacci. Este Focacci se había pasado los últimos años del siglo XIX peleando en unas supuestas guerras por toda Europa. En esos años conoció y embarazó a la madre de Perón. Pero la mina se tomó un barco y se vino para Argentina. En el viaje conoció a otro tipo, y éste fue quien se hizo cargo de Perón y lo crió. Pero no le dijeron nada al entonces niño Perón. Unos años más tarde, Focacci se entera que tiene un hijo en Argentina y viene a ver si lo encuentra. Pero el padrastro de Perón y la madre se lo impiden, y también impiden que Perón se entere. Incluso en una oportunidad, el padrastro, para humillarlo a Focacci, le tira un par de monedas en la cara. Al final Focacci se muere sin poder encontrarse con Perón. Pero de alguna manera, unos años más tarde, a poco de llegar a la presidencia, Perón se entera de todo. Y se recalienta. Pero no dice nada. Lo que hace es hacerse construir un arma muy especial. Es un arma que, con cada tiro, dispara dos balas, pero que son a la vez balas y monedas (bueno, vieron cómo son los sueños). Y cada tanto, se escapa de su custodia, se acerca sigilosamente a su padrastro y le dispara con esa pistola. Siempre le pega en una mejilla, y las monedas/balas no lo hieren pero le dejan la cara picando, y el tipo se la frota, murmura algo, mira las monedas y hace que no con la cabeza, como que no entiende qué carajo es lo que pasa. Y mira para todos lados a ver quién le disparó, pero el General ya se dio a la fuga (abstenerse de hacer chistes gorilas con esta última frase).
lunes, 3 de noviembre de 2008
DOS DIÁLOGOS DEL SUEÑO DE RECIÉN
Diálogo 1 (Con mi amiga María Eva, que fue mi novia hace muuuuuuchos años):
- María Eva: Y, qué tal el chileno?
- Yo: Y... no sé. Hace unos años te hubiera dicho que es un tipo copado, buena onda, pero que fracasó. Ahora, que llegué a esta edad y no pude formar una familia, siento que no tengo autoridad para decir que otra persona fracasó.
- María Eva: Y sí, claro...
- Yo: Mirá, me quedaron unos pesos chilenos, una estampilla y dos bon-o-bon.
(Del gato embalsamado no le dije nada)
Diálogo 2 (Con una periodista, charlando sobre un trío cómico peronista):
- Periodista: Son muy buenos los tipos.
- Yo: Sí, la verdad que el espectáculo es muy muy bueno, incluso la parte de malabarismo, cosa que a mí por lo general me aburre.
- Periodista: A mí el que más me hace cagar de risa es el de rulitos, el que jugaba en Independiente.
- Yo: A mí también. Lo bueno es que cumplen el principal precepto peronista, que es darle alegría al pueblo.
- María Eva: Y, qué tal el chileno?
- Yo: Y... no sé. Hace unos años te hubiera dicho que es un tipo copado, buena onda, pero que fracasó. Ahora, que llegué a esta edad y no pude formar una familia, siento que no tengo autoridad para decir que otra persona fracasó.
- María Eva: Y sí, claro...
- Yo: Mirá, me quedaron unos pesos chilenos, una estampilla y dos bon-o-bon.
(Del gato embalsamado no le dije nada)
Diálogo 2 (Con una periodista, charlando sobre un trío cómico peronista):
- Periodista: Son muy buenos los tipos.
- Yo: Sí, la verdad que el espectáculo es muy muy bueno, incluso la parte de malabarismo, cosa que a mí por lo general me aburre.
- Periodista: A mí el que más me hace cagar de risa es el de rulitos, el que jugaba en Independiente.
- Yo: A mí también. Lo bueno es que cumplen el principal precepto peronista, que es darle alegría al pueblo.
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